EN FRATERNIDAD

Contactos con la Congregación

La Congregación acoge con alegría a todos los que el Señor llama a compartir su misión en la Iglesia y en el mundo, en el respeto a las distintas vocaciones religiosas y locales.

Los miembros de la “Familia Espiritual” establecen con la Congregación encuentros de comunión fraterna para ser “signos de unidad y de reconciliación” en un mundo dividido.

Incorporación en la “Familia Espiritual”

En la “Familia Espiritual” se entra a formar parte a través de una opción libre y personal, bajo el impulso de Espíritu que estimula constantemente a los bautizados a caminar con novedad de vida. A la persona que quiere ser miembro activo de la familia, se le pide un período de preparación para:

  • profundizar el Magisterio de la Iglesia,
  • conocer el Carisma, el ideal de la Fundadora, la espiritualidad y la misión de la Congregación,
  • hacer una experiencia concreta de los compromisos arriba señalados.

Al finalizar este período, que durará al menos 6 meses, si la persona se considera llamada a vivir la espiritualidad y lo desea, puede pedir, mediante un escrito, ser admitida en la “Familia Espiritual”.

Esta petición será valorada por la Superiora General y su Consejo. Si a la persona se la considera idónea, podrá comprometerse mediante una promesa durante la cual recibirá un signo como distintivo.
Tal promesa no es vinculante y, en cualquier momento, después de haber informado a la Congregación, la persona puede renunciar libremente al compromiso asumido.

Participación de los bienes espirituales de la Congregación

Cada miembro de la “Familia Espiritual” participa de los bienes espirituales de la Congregación  (oración, sufragios…)